jueves, 16 de abril de 2009

Prototipo de vivienda campestre en Guadua y Madera [Intro]

Para la mayor parte de la población mundial, las viviendas o las casas son un telón de fondo de la vida cotidiana. La gran mayoría de las casas no son ¨de diseño¨, en el sentido usual del término; por el contrario, esa inmensa mayoría de casas ha sido realizada utilizando métodos y formas de construcción ya probados, que a lo largo del tiempo se han ido convirtiendo en tradicionales. Más recientemente, esas tradiciones han sido reemplazadas progresivamente por una estética impulsada por motivos de índole cultural y económica, en la que los elementos populares coexisten con los ¨de diseño¨, por lo general en detrimento de ambos.

Ante la premisa urgente de plantear soluciones, la humanidad se ha ido encaminando poco a poco hacia un nuevo estado de conciencia, por medio del cual intenta revertir su profunda huella ecológica dejada en el planeta. Nuevas formas de actuar y pensar, permiten a la humanidad adoptar ¨nuevos¨ modelos de desarrollo y habitabilidad, que sinteticen equilibrio y armonía en la existencia del ser humano en el planeta.

Sin embargo, cabe destacar, que estos ¨nuevos¨ modelos o formas de pensamiento son tan antiguos como el mundo mismo. Las culturas ancestrales propias de cada lugar ya habían establecido desde tiempos remotos sistemas habitacionales, e inclusive urbanísticos, bajo lineamientos y filosofías ecologistas, en los cuales se procuraba ante todo generar el menor impacto al ambiente. A partir de estas ideas se busca plantear una propuesta arquitectónica que desarrolle un sistema constructivo capaz de articular los ¨viejos¨ saberes con los requerimientos actuales de sostenibilidad, sismo resistencia, accesibilidad económica y aceptación por parte del usuario. Esta propuesta busca: ser coherente con el entorno, responder a las condiciones climáticas de la región, adaptarse a las condiciones topográficas y a los ecosistemas del lugar, utilizar los recursos naturales y materias primas del lugar o la región, y deberá incorporar la cultura, la cosmovisión, las técnicas y tecnologías propias de cada lugar y asentamiento, definiendo así una identidad arquitectónica propia y acorde a su localización, a su escenario natural, cultural y social.

*Gráfico: Aguilera Castro Ricardo, Arquitecto. Proyecto Hábitat Atrato. 1993.